Junto a mantener el distanciamiento social y la higiene constante de manos, el uso de mascarillas 😷 es una de las principales medidas para prevenir nuevos contagios de COVID-19. Ahora que estamos en verano y las temperaturas comenzarán a subir, llevarlas puestas no será una tarea fácil, por lo que especialistas de la Escuela de Salud Pública y del Departamento de Enfermería de la Universidad de Chile entregan consejos para seguir cuidándonos durante el periodo estival.
Una de las primeras recomendaciones que entregó la Organización Mundial de la Salud, (OMS), fue el uso de mascarillas. ¿El objetivo? Cubrir la boca y la nariz, y evitar qué al hablar, toser o estornudar, se propagará el virus a través de las gotitas o partículas de la saliva. A esto, obviamente, se sumaron mantener el distanciamiento social y el lavado constante de manos con agua y jabón.
En nuestro país, han pasado casi 10 meses desde que se conoció el primer caso de coronavirus, y con la llegada del verano, muchos comienzan a cuestionarse si será compatible su uso con las altas temperaturas, que en algunas zonas del país pueden llegar a superar los 35 grados. Lo cierto es que independiente del calor o frío que se sienta, usar mascarillas es obligatorio, hasta que la propagación del virus no esté controlada.
La académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, doctora María Soledad Martínez, recalca en que “a pesar de que nos dé harto calor, necesitamos proteger a los demás y protegernos a nosotros”. Por ello, aconseja evitar lugares sin ventilación y privilegiar áreas al aire libre.
Sobre el material que se utilice, la especialista plantea que las mascarillas quirúrgicas o clínicas, en general son “bastante menos calurosas que las de tela. Sin embargo, es más complicado porque esas tienden a mojarse más y por lo tanto hay que usarlas por un tiempo determinado”, siendo lo recomendado entre dos a cuatro horas, siempre y cuando no se mojen.
Por su parte, Wladimir Torres, docente del Departamento de Enfermería de la Universidad de Chile, explica que las mascarillas caseras deben ser al menos de triple capa, donde la tela en contacto con el rostro debe ser de algodón y no sintética.
Ambos especialistas aconsejan que durante el verano las personas porten una o más mascarillas de repuesto, para cambiarse en caso de humedecerse por la transpiración. Al respecto, Wladimir Torres aconseja llevarlas en bolsas de papel dentro de la cartera o mochila. ¿La razón? Al hacerlo en una bolsa plástica, con el calor y la condensación, puede humedecerse la mascarilla y perder efectividad. El especialista recalca que al sacarlas, se haga desde los tirantes y nunca tocando directamente la parte frontal/exterior de la mascarilla y depositarlas rápidamente en una bolsa para evitar el contacto con otros elementos.
Otra recomendación de los especialistas es evitar las horas de mayor temperatura (12:00 a 16:00 horas), porque esto ayudará a evitar la sensación de calor o de ahogo que puede generar una mascarilla. A esto se suma la importancia de caminar por zonas con sombra e hidratarse en los días de altas temperaturas.
¿La mascarilla puede proteger de los rayos UV?
No necesariamente, plantea la doctora Martínez, quien además sostiene que en el caso del maquillaje o cremas dermatológicas se podría prescindir de ellas, pero no de protectores solares. “Es importante que la gente se ponga el protector solar de todas maneras, no solo por cosas estéticas, sino que para proteger la piel del cáncer y de los rayos solares”, asevera.