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Desde que nacemos, la música forma parte de nuestro día a día de distintas maneras. Se convierte en un estimulante para nuestro cerebro, capaz de hacernos recordar, de activarnos, de liberarnos. Por ello, no nos parece extraño que la influencia de la música también tenga efecto a la hora de realizar cualquier actividad deportiva.

Hace años en la Maratón de Nueva York se prohibió a los corredores participar escuchando música por asuntos de seguridad. Pero la sorpresa no fue esa, sino la reacción de los corredores, ya que se saltaron la prohibición aún pudiendo ser descalificados de la maratón.

Este hecho, puso su atención en la importancia de la influencia de la música al realizar deporte, tanto por la motivación que genera en el corredor como por los efectos positivos de ritmo en la efectividad del ejercicio.

Varias investigaciones científicas muestran los distintos aspectos en los que la música puede influir en el entrenamiento y en las competiciones.

Aspectos que produce la música en el deporte

La música ayuda a mitigar la sensación de fatiga en los ejercicios de baja y media intensidad. Al contrario, en los ejercicios de alta intensidad la atención está directamente ligada por los procedimientos fisiológicos tales como la respiración.

Cuando un corredor realiza un esfuerzo de intensidad alta, el efecto de la música no afecta a la sensación del corredor realizando el ejercicio a nivel muscular, sino en cómo motiva y cómo influye en su proceso.

La música afecta a nuestro estado emocional y psicológico, esto facilita su uso para controlar la forma en que creamos los estímulos para que el organismo empiece a realizar el ejercicio y mantener un ritmo. De igual forma, esos estímulos también son los que generan la calma tras haber realizado la actividad física y volver a un estado de relajación.

Por ello, para la fase de activación es adecuado utilizar una música fuerte y de ritmo intenso que se adecue con la actividad física que se va a realizar. Mientras que para ejercicios de menor esfuerzo o de intensidad menor, una música más suave.

¿Influye el tipo de música?

Se ha demostrado que el tipo de música utilizado en ejercicios repetitivos está ligada directamente con un aumento en el rendimiento. El ritmo de la música que escuches influye en el movimiento, y ayuda a la resistencia en la duración de la actividad.

La música también puede influir positivamente en la adquisición de habilidades motrices. Todos desde muy pequeños tenemos presentes en nuestros juegos y bailes, ejercicios de coordinación y equilibrio, y siempre ligados a la música.

La música reproduce ritmos de la forma del movimiento humano, que acompañada por letras escogidas de forma específica pueden reforzar la motivación, creando ambientes más divertidos y que ayuden a mejorar las habilidades.

Finalmente, resaltamos la influencia de la música y concluimos que la música es el acompañamiento perfecto, ya que ayuda a minimizar la sensación de fatiga. Si se escoge la intensidad adecuada, ayuda a la regulación de los niveles de estimulación, a la propia sincronización y favorece la adquisición de habilidades motoras.

Pero es importante recordar, que el entrenamiento y la realización de actividad física con música es conveniente siempre y cuando, la atención al resto de elementos del entorno sea el correcto y no suponga ningún tipo de riesgo para realizar la actividad física.