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Nuestras uñas, al igual que nuestras manos, son una carta de presentación inevitable que dice mucho sobre nuestra imagen y nuestro cuidado personal 💅. Por eso, al igual que aplicamos cremas hidratantes en el rostro, acondicionadores en el cabello o exfoliantes en todo el cuerpo, debemos incluir la tarea de cuidar las uñas en nuestra rutina de belleza habitual.

Con estos cuidados conseguirás que las uñas dejen de estar amarillentas, de abrirse en capas o de romperse al más mínimo roce. Así que toma nota 👀

Cuida tu alimentación.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la alimentación influye mucho en el aspecto de nuestras uñas. Una enfermedad o una carencia grave de vitaminas puede reflejarse en nuestras uñas de forma muy evidente. En general se recomienda el consumo de alimentos ricos en vitamina A y B, por lo que, si tienes unas uñas frágiles, deberás comenzar por incrementar tomates, pimientos rojos, zanahoria, nueces, almendras y pescados. Asimismo, se recomienda un consumo equilibrado de productos lácteos, que aportan el calcio necesario para lucir unas uñas sanas y fuertes.

Protégelas de la humedad y las agresiones.
Usa siempre guantes a la hora de lavar los platos, no solo para no estropear el esmalte, sino porque mantener las uñas en contacto constante con la humedad y los jabones provoca que se deterioren y hasta que aparezcan hongos. 

Hidrata las uñas.
Las uñas también necesitan su dosis de hidratación para estar sanas y fuertes. Para ello se recomienda un gesto tan sencillos como los baños en aceite de oliva. Deja las uñas a remojo durante 5 minutos y después masajéalas para que absorban los nutrientes lo mejor posible. Si además quieres endurecerlas, aplica unas gotas de aceite de ricino.

Cuida tus cutículas.
Por lo general, las cutículas son las grandes olvidadas. Igual que acondicionas tus manos de vez en cuando, debes acondicionar tus cutículas. Por eso, siempre que te apliques crema hidratante en las manos la extiendas también por las cutículas, dando un pequeño masaje.

Cortar las uñas.
Aunque es preferible usar la lima a la tijera, puedes cortarte las uñas si están demasiado largas y ya no quieres llevarlas así. Hazlo siempre con una tijera apropiada o con cortauñas y siguiendo la forma de la cutícula, que será la forma natural de tus uñas. El mejor momento para hacerlo sin mucho esfuerzo es cuando salimos de la ducha, porque las uñas están más reblandecidas.

Blanquear las uñas en casa.
La aplicación de esmaltes de color puede llegar a amarillear la uña. Para evitarlo, debes usar siempre un esmalte base protector antes de la capa de color. Además, si tus uñas han amarilleado y quieres limpiarlas, puedes hacerlo de vez en cuando sumergiéndolas en zumo de limón. También funcionan como blanqueantes los masajes con la pasta elaborada con limón, bicarbonato y aceite de oliva. Asimismo, si pones a remojo tus uñas en leche con zumo de limón durante unos minutos a diario comprobarás que se blanquean.

Déjalas respirar.
Aunque te encante ver tus uñas pintadas, de vez en cuando conviene dejarlas respirar, al natural, sin ni siquiera esmaltes con tratamiento. Además, intenta no pintártelas y desmaquillártelas más de una vez por semana para no maltratarlas en exceso. Si lo haces, emplea quitaesmaltes sin acetona y protege siempre tus uñas de las pinturas de colores con bases de buena calidad que incluyan algún tratamiento fortalecedor.

Toma nota de los trucos y consejos que te permitirán lucir unas uñas sanas y bonitas 💅.


Fuente: https://sevilla.abc.es/estilo/bulevarsur/not