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El estilo de vida actual genera desequilibrios psicológicos relacionados con el estrés, la ansiedad o la concentración. La solución a estos problemas puede llegar desde una práctica deportiva regular y controlada, ya que proporciona un equilibrio mental que influye en la percepción de un bienestar generalizado.

El deporte y salud están muy ligados, ya que la práctica deportiva supone una mejora de la condición física proporcional a la cantidad y calidad del ejercicio que realizamos. Sin embargo, directamente unido al estado físico de cada persona está su equilibrio mental, cuyos beneficios generados por la actividad deportiva no se ven, no se tocan.

La mayor visibilidad de los resultados físicos mediante una mejoría muscular, provoca que el deporte se relacione con las personas jóvenes. Sin embargo, los resultados psicológicos hacen del ejercicio una actividad necesaria en cualquier edad.

Practicar ejercicio físico, una nueva actitud mental.

Levantarse del sofá y comenzar a hacer ejercicio permite poner fin a una práctica sedentaria que puede degenerar en enfermedades coronarias o neurovasculares. Ese primer paso supone para el nuevo deportista “un cambio en el estilo de vida importante, un cambio mental”. El bienestar psicológico es la suma de muchas sustancias y de muchos factores.

Aunque todavía se está estudiando la repercusión del ejercicio físico sobre la salud mental, el deporte actúa sobre el sistema nervioso central, estabilizando determinadas proteínas y evitando la aparición de enfermedades producidas por la ruptura del equilibrio de estas sustancias.

Dentro de las proteínas endógenas generadas por el ejercicio físico, se destaca las endorfinas como neurotransmisores que son capaces de generar una sensación de relajación y felicidad.

Por tanto, la mejora del equilibrio mental a partir de la actividad física no es una sensación subjetiva sino un proceso fisiológico objetivo.

Beneficios de la práctica deportiva.

Disfrutar de las ventajas físicas y psicológicas del deporte depende de cómo comienza su práctica. Se recomienda antes de iniciar la actividad deportiva hacerse “un reconocimiento médico y una valoración funcional”, lo que permitirá realizar una prescripción del ejercicio, es decir, adecuar el deporte al peso, edad y características de cada persona.

Hay gente que no ha hecho actividad física en su vida, y de buenas a primeras los ves corriendo con una técnica muy mala, dando la sensación de que se van a caer.

No seguir estos consejos puede generar lesiones físicas que afectan a nuestro estado psicológico mediante el dolor y la reducción de movilidad, impidiendo disfrutar de beneficios psíquicos del deporte, tales como:

✅ Aumento de la autoestima.
✅ Aumenta la autoconfianza.
✅ Mejora la memoria.
✅ Mayor estabilidad emocional.
✅ Mejor funcionamiento intelectual.
✅ Mayor independencia.

Estos beneficios convierten el ejercicio físico en una actividad que debería ser prescrita en patologías como la ansiedad, la depresión o los trastornos del sueño. En cualquier enfermedad mental, y prácticamente en cualquier enfermedad, el ejercicio físico es una pieza clave.

La importancia del deporte en la salud mental se relaciona con la prevención y el tratamiento de los desequilibrios psicológicos.

La práctica deportiva previene patologías físicas debido a la activación del sistema inmunológico y enfermedades degenerativas como el alzheimer, ya que influye en una mejor concentración. En el tratamiento de enfermedades, el deporte permite equilibrar las sustancias cuyo desajuste ha generado la enfermedad, actuando de forma similar a un fármaco.

Por lo general, la práctica del deporte siempre se asocia a la parte física de una persona. Una relación obvia, pues los efectos más importantes e inmediatos se relacionan a este ámbito. Sin embargo, también se ha comprobado que practicar alguna disciplina tiene grandes beneficios a nivel psicológico, mental y cognitivo, ayudando incluso a retrasar enfermedades o bien permitiendo mejorar algunas patologías.